Un cultivo protegido es aquel que pasa parte o todo su ciclo de producción en un ambiente donde se ha modificado el microclima que rodea a la planta. Esta superficie incluye estructuras de protección permanentes (invernaderos y macrotúneles) y no permanentes (acolchados y pequeños túneles).

Hectáreas de cultivos en invernadero en los países mediterráneos en 1999

Un invernadero es un recinto en el que se mantienen condiciones ambientales adecuadas para favorecer el cultivo de plantas, suele ser una construcción de plástico o vidrio en la que se cultivan plantas, a mayor temperatura que en el exterior. Aprovecha el efecto producido por la radiación solar que, al atravesar un vidrio u otro material traslúcido, calienta los objetos que hay adentro; estos, a su vez, emiten radiación infrarroja, con una longitud de onda mayor que la solar, por lo cual no pueden atravesar los vidrios a su regreso quedando atrapados y produciendo el calentamiento.

De esta manera se logra producir en épocas del año que antes no era posible, incrementar la producción, mejorar la calidad, así como disminuir los riesgos frente a fenómenos climáticos como lluvias intensas granizos, vientos o heladas.

El área mediterránea acoge una de las mayores concentraciones de cultivos protegidos del mundo, con más de 400.000 ha, siendo la segunda zona mundial en importancia, tras el área asiática. Por su parte, los invernaderos en el mundo supera las 450.000 ha, con un continuo crecimiento, destacando con un 66% de esta superficie el área asiática (China, Japón y Corea), seguida de la cuenca mediterránea con un 30%.

España alberga en la cuenca mediterránea una importante superficie de invernaderos. En las últimas décadas se ha producido un rápido desarrollo, situándose España en la cabeza de los países mediterráneos y europeos en superficie dedicada a invernaderos (546 ha en 1968, 46.852 ha en 1999 y 66.000 en 2009, siendo superada a escala mundial sólo por China y Japón. Este rápido crecimiento se debe a que los invernaderos han permitido el desarrollo económico y un uso más eficiente de los recursos, como el agua, un recurso escaso en toda la zona.

Invernaderos de Almería

Invernaderos de Almería vistos desde la NASA

Invernaderos

La utilización de cultivos invernaderos supone muchas ventajas como es el ahorro de agua y fertilizantes con lo que supone un gran descenso en los principales gastos de los cultivos a la vez que no dependen de las condiciones ambientales, lo cual evita que haya daños ocasionados por heladas, granizadas o fuertes sequías, al que sí están expuestos las plantaciones tradicionales y las cuales ocasionan pérdidas.

Los cultivos bajo invernadero nos permiten tener productos con un mayor nivel nutricional, con mejor color, tamaño, sabor y más jugosos, ya que cada situación es controlada y manipulada para beneficiar la planta.

Gracias al mayor control de las condiciones ambientales se agiliza el proceso de crecimiento y madurez de la planta y se consigue una precocidad en los frutos y obteniendo producción fuera de época y más de un ciclo de cultivo al año.

En los invernaderos diseñados y construido de manera correcta, se facilitan el control de plagas, enfermedades y malezas. Además, el cultivo en invernaderos facilita la programación de las aplicaciones de plaguicidas. Mientras que en campo abierto, pueden llegar diversas plagas o enfermedades en hojas secas o aves, que pueden afectar notoriamente los resultados de la cosecha y se pueden dar condiciones que dificulten o impidan un correcto funcionamiento.

Entre los principales inconvenientes podemos encontrar la necesidad de una alta inversión inicial, un alto coste de mantenimiento y la necesidad de personal especializado, de experiencia práctica y conocimientos teóricos.

Tipos de invernaderos

Los invernaderos se pueden clasificar de distintas formas, según se atienda a determinadas características de sus elementos constructivos (por su perfil externo, según su fijación o movilidad, por el material de cubierta, según el material de la estructura…). Se pueden clasificar según la conformación estructural o perfil externo en:

Invernaderos planos o tipo parral

Este tipo de invernadero se utiliza en zonas poco lluviosas, por lo que recibe los beneficios de la naturaleza, luz y agua directa; sin embargo presenta mala ventilación

Invernadero en Raspa y Amagado

Su estructura es muy similar al tipo parral pero varía la forma de la cubierta. Se aumenta la altura máxima del invernadero, formando lo que se conoce como raspa. En la parte más baja, conocida como amagado.

Tipo de invernaderos

Invernaderos de capilla o de doble capilla

Los invernaderos de capilla simple tienen la techumbre formando uno o dos planos inclinados, según sea a un agua o a dos aguas. Este tipo de invernadero presenta fácil construcción y conservación. Presenta buena ventilación y facilidades de evacuar el agua lluvia.

Invernadero túnel o semicilíndrico

Se caracteriza por la forma de su cubierta y por su estructura totalmente metálica, lo que facilita la circulación del aire, además la luminosidad es ideal para las plantas. El empleo de este tipo de invernadero se está extendiendo por su mayor capacidad para el control de los factores climáticos.

Invernadero Asimétrico

Difiere de los tipo raspa en el aumento de la superficie en la cara expuesta al sur, con objeto de aumentar su capacidad de captación de la radiación solar. Para ello el invernadero se orienta en sentido este-oeste, paralelo al recorrido aparente del sol.

Parámetros controlables

Invernadero

Las características específicas de los invernaderos nos permiten controlar muchos parámetros diferentes que influyen decisivamente sobre el crecimiento y desarrollo de las plantas que hay en su interior. El control de estos factores debe conducirnos a poder expresar todo el potencial productivo y de calidad de las plantas. Para ello deberemos crear un microclima en el invernadero que alcance en los parámetros ambientales valores próximos a las condiciones biológicas óptimas para la variedad cultivada, de ahí que el manejo del invernadero y del cultivo son piezas clave para la rentabilidad de la explotación. Algunas de las variables que podemos controlar son la Ventilación, Riego, Tipo y condiciones del suelo, Necesidades nutritivas, Fertirrigación, pH, CE, Densidad de plantación, Humedad, Temperatura, Luminosidad.

Es importante conocer cómo varían estos parámetros de forma constante para realizar las acciones necesarias para que el cultivo tenga un desarrollo óptimo. Para efectuar este control es necesario la utilización de Qampo, al ser un producto que sirve para monitorizar y controlar los cultivos de forma remota, adaptable a las necesidades de cada invernadero y está enfocado en ayudar al asesor técnico o agrónomo a tomar las mejores decisiones para sus instalaciones y tipo de cultivo.